miércoles, 10 de julio de 2013

HISTORIA MODERNA

En 1525, el conquistador español Hernán Cortés pasó a pocos kilómetros de las ruinas de Tikal, pero no las mencionó en sus cartas.
Como sucede a menudo con grandes ruinas antiguas, el conocimiento del sitio nunca se perdió completamente en la región. Aparentemente la población de la región nunca se olvidó de Tikal y en la década de 1850 guiaron expediciones guatemaltecas a las ruinas. Algunos relatos de segunda o tercera mano de Tikal aparecieron en prensa a partir del siglo XVII, continuando con los escritos de John Lloyd Stephens en el siglo XIX (durante sus viajes de 1839-1840 en la región, Stephens y Frederick Catherwood, su ilustrador, escucharon rumores de una ciudad perdida, con edificios blancos cuyas partes superiores dominaron la selva). Sin embargo, debido a la lejanía del sitio, ningún explorador visitó las ruinas de Tikal hasta que Modesto Méndez y Ambrosio Tut, respectivamente el comisionado y el gobernador de Petén, las visitaron en 1848. El artista Eusebio Lara los acompañó para elaborar las primeras ilustraciones de los monumentos. En 1853, posterior a la publicación del diario de Méndez en la Gaceta de Guatemala, se dio a conocer a la comunidad científica el redescubrimiento, mediante una publicación de la Academia de Ciencias de Berlín. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, varias otras expediciones siguieron para profundizar las investigaciones (como la expedición de Alfred P. Maudslay en 1881-82) y los arqueólogos pioneros comenzaron a limpiar, dibujar mapas y registrar las ruinas en la década de 1880.

En 1951, una pequeña pista de aterrizaje fue construida cerca de las ruinas, que previamente sólo se podía acceder tras un viaje de varios días por la selva a pie o en mulas. En 1956 el proyecto Tikal comenzó a dibujar mapas de la ciudad en una escala nunca antes vista en la región maya. De 1956 a 1970, excavaciones arqueológicas importantes fueron realizadas por el Proyecto Tikal de la Universidad de Pensilvania. Mapearon la mayor parte del sitio y excavaron y restauraron muchas de las estructuras. De 1957 a 1969, las excavaciones dirigidas por Edwin M. Shook y más tarde por William R. Coe de la Universidad de Pensilvania se enfocaron en la Acrópolis Norte y la Plaza Central. El Proyecto Tikal logró registrar más de 200 monumentos en el yacimiento. En 1979, el gobierno guatemalteco inició un nuevo proyecto arqueológico en Tikal que continuó hasta 1984.

El cineasta George Lucas utilizó a Tikal como escenario en su primera película Star Wars, Episode IV: A New Hope que salió en 1977. También fue el modelo de la ciudad Maya en la película Apocalypto de Mel Gibson.

Una ilustración del Templo I de Tikal fue incluida en el reverso del billete de 50 centavos del Quetzal guatemalteco.

Las ruinas de Tikal, como parte del Parque Nacional Tikal, fueron el primer sitio arqueológico en ser declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979, y así mismo, el primer Patrimonio de la Humanidad mixto (ecológico y arqueológico) del mundo. En la actualidad Tikal, en medio de su propio parque nacional, se ha convertido en una atracción turística importante. Cuenta con un museo construido en 1964.

El arqueólogo Edwin M. Shook, director de terreno del Proyecto Tikal, fue instrumental en el reconocimiento de Tikal como primer parque nacional de Guatemala.
 

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